domingo, 20 de marzo de 2011

Don't Cry

Ayer necesitaba de un maldito cigarro, uno de esos fieles ex acompañantes míos en días de tristeza, soledad, angustia.. sí, reconozco que pasaba por una tienda y me daba ganas de comprar uno, como si con un cigarro este dolor, coraje, tristeza, angustia y todo lo que siento acabarían de una sola pitada...es verdad que antes hubiese comprado uno, es verdad que antes era una adicta a los cigarros por qué? por qué estos me calmaban, me hacían "olvidar" todo, me hacían sentir mágicamente bien, mejor... pero no, no puedo fumar, en estos momentos y en esta vida no!.
Desperté mal, cansada, recordaba que la noche anterior había llorado, había gritado, había abrazado a mi almohada, mi pobre compañera eterna de cuarto, había hablado con alguien, había herido a una de las personas que más quise en esta vida... y él a mi... desperté con los ojos rojos, sin ganas de nada, cansada, como si un camión hubiese pasado encima de mi y milagrosamente esté viva pero con un dolor insoportable, que se confundía entre dolor físico y emocional... no tuve ganas de comer, no tuve ganas de sonreír, no tuve ganas de ir a trabajar... salí de mi casa, en el bus pensaba en todo y trataba de dormir, de cerrar los ojos, como si con eso pudiese olvidar, como si así me sentiría mejor. Caminé hasta llegar al trabajo, en el camino, lo recordé, recordé nuestros paseos por esos lugares... y pensé: "Caramba, todos los lugares me hacen recordar a él"... intenté ser fuerte pero de vez en cuando mis ojos se cansaban y una lágrima se escapaba...
Recordé los días anteriores, los buenos momentos y los añoré, añoré su locura, su carisma, su dulzura, sus ganas locas de molestarme y luego abrazarme y hacerme reír, sus te quieros, sus defectos, su voz, sus mensajes... sí carajo, añoré eso, me daba ganas de despertar de esa pesadilla, pero no, era real, todo era real...me embriagué sola, en mi cuarto para olvidarlo, para dormir cansada y olvidarlo, pero no sirvió... miraba el celular y nada, ni una llamada suya, ni un mensaje... sí, reconozco, me equivoqué y él también ... sus últimas palabras me hirieron, fue como si todo lo vivido se fuese a la mierda y no supe que hacer...esas palabras son las que me hicieron llorar, esas palabras son las que recuerdo y las que hoy me tienen así... no, señores, no soy la víctima, tampoco la culpable.. acá no existe eso, no hay etiquetas... hoy me siento mal, hoy reconozco que lo extraño, hoy estoy enjuagando mis malditos ojos para ver mejor, hoy quiero escuchar música feeling para recordarlo, hoy sé que mañana será otro día y que todo esto acabará.

viernes, 11 de marzo de 2011

Noche de verano

Es una tarde de verano como cualquiera, los rayos de sol caen sobre mi cabello, siento entorpecer, camino de prisa por una calle que no conozco, que nunca he visto, quizás sí pero en mis sueños... veo caras desconocidas, gente que ríe, que conversa, que trata de sobresalir, cada quien buscando ser mejor que otros... aceleró el paso, en esos momentos quisiera volar, quisiera detener el tiempo y sentarme a pensar, quisiera que no haya nadie alrededor pq no quiero dañar con mis palabras.. sí, reconozco, no soy una chica común, no soy fácil de entender, quizás sea complicada, más de lo que dices que soy.. intento ser simple, pero no sé porque mi cerebro no capta eso y le cuesta ser así... me siento agitada, desacelero la caminata, veo a lo lejos una banca, hay niños alrededor, los veo y siento paz, ternura, amor por ellos... no entendió cómo puedo amar a los niños y sin embargo no desear ser madre.. puede ser la edad, puede que no esté preparada pero algún día estaré preparada? ...me siento lejos de todos, me gustaría poner una pared para que nadie interrumpa, para que nadie pregunte: "Srta. el asiento está desocupado" y yo, sin tener las agallas suficientes de decir sí, está ocupado por mi y no quiero a nadie más, diré "No, sólo estoy yo" y entablar un tema de conversación que en ese momento no deseo, que no puedo por que es tiempo para mí, para pensar, por qué no encuentro ese espacio casi nunca, por que me siento abrumada, por que a veces siento ahogarme y no tener tiempo para nada... de pronto una lágrima corre por mis mejillas, me preguntó si es una gota de lluvia, pero me doy cuenta que soy yo..no sé por qué lloro, no sé por qué río, no sé qué hago aquí, lejos de mi casa, en un lugar que no conozco... me levantó de la banca, sigo mi camino, encuentro una tienda, compró una gaseosa ya que no puedo coger un cigarrillo, ahora esa es mi nueva acompañante... miro el reloj, es tarde, oscurece, regresó a mi lugar, pienso que es una noche cualquiera ... no, no es una noche cualquiera, después de todo esta noche es una noche de verano...

miércoles, 2 de marzo de 2011

Little Angel


Estás bien?- preguntó ella mirándolo a los ojos.
No- respondió él, tratando de esquivar la mirada perfecta de Lucía, de la cual estaba perdidamente enamorado.
Ella sintió que todo lo que estaba ocurriendo ya lo había vivido, era un dejavú, tomaba aire para no desmayarse, fingió una sonrisa para sentirse mejor, para alegrar la noche fría y triste, esa noche en la que todo acabaría.
Qué tienes? – preguntó Lucía, sabiendo lo que él contestaría.
Nada, me siento asfixiado, entiendes?- tomó al hilo un sorbo de agua helada, hacía esto cuando necesitaba que su corazón se “enfriara”, para poder continuar lo que tenía que decir.
Lucía se sentó, necesitaba apoyar su cuerpo en algún lugar, para no sentir la caída, sabía lo que venía por eso se preparaba.. .es verdad que había ensayado este momento mil y un veces en su cabeza, pero no era la misma situación, ahora era real, ahora sabía que todo esto tendría un final.
Sebastián la miró, se enterneció al verla frágil, la amaba, es verdad!, siempre la amo pero él necesitaba otra cosa, tenía muchos planes a futuro, muchos pendientes por cumplir y ella no era la pieza con la que debía moverse, entonces era mejor cambiar de fichas, de juego y poner punto final a esto. Eso era lo acordado desde el día en el cual la conoció, no había retroceso.
Lucía ensayaba las palabras que tenía que decir, debía ser fuerte, ella sabía que eso ocurriría, intentaba tomar agua helada para que su corazón se helará pero no funcionaba, al contrario este latía más rápido, parecía que le daba la contra.. se preguntaba en qué había fallado, qué pasaba, por qué, miraba alrededor como si huyendo de todo las cosas se facilitarían. Se preguntaba muchas cosas y no encontraba respuestas para ninguna… Sebastián se sentó a su costado, la abrazo, le dijo que la quería, que le agradecía todo pero que necesitaba espacio, tiempo, libertad … Lucía lo miró, trataba de comprender, de reprimir las lágrimas, de sonreír pero ese teatro le salía pésimo, no sabía fingir, era algo que nunca había aprendido. Lucía centró su mirada en un árbol y empezó a hablar, no podía verlo, si lo hacía no podría decir nada y le costaría marcharse, tener que decir adiós para siempre porque ella sabía que eso sucedería.
Sebas, entiendo, no digas nada, es mejor así – dijo Lucía mientras la voz se quebraba y el árbol se convertía en pequeñas gotas de agua.
Sebastián la abrazo, le pidió que lo perdone, que entendería luego, que era mejor así, que algún día le agradecería esto… que él no podía estar más tiempo con ella, que el momento con ella ya había culminado. Le dio un beso en la frente y ella lo abrazó, le agradeció todo lo bueno y también lo malo, con él aprendió mucho, no eran enamorados, mucho menos novios; eran algo más que eso, compañeros, mejores amigos, los incondicionales, su alma gemela... Sebastián le dijo que siempre estaría para ella, bastaría con evocarlo e imaginarlo y él regresaría a ella, no físicamente pero sí espiritualmente, le susurró palabras al oído, era la primera vez que se enamoraba de alguien, era la primera vez que le costaba decir adiós, las reglas del juego estaban dadas desde un comienzo pero él las había olvidado, deseaba que todo esto sea mentira y ser uno más del montón pero no era así.
Ya era hora de partir, la abrazó, la besó por última vez y le dijo algo que nunca había oído de él “Lucía, te amo”… Lucía no creía lo que oía, los ojos se llenaron nuevamente de lágrimas, no sabía si era de emoción o de tristeza, ella le dijo que se cuide, que también lo quería y que siempre pensaría en él… el sonido de la lluvia reinaba la escena, ella ya no podía hablar, la voz se le quebraba, debía ser fuerte pero su tonto corazón no entendía eso.
Sebastián se levantó de la banca de aquel parque en el cual se conocieron, esa banca en la cual la encontró por primera vez y le empezó a hablar, esa banca en la cual se enamoró de ella y olvidó que no debía hacerlo, que él estaba acá por otra cosa, que si rompía las reglas, tarde o temprano, la dañaría. Le dio el último beso, la abrazo y le dijo nuevamente que la amaba.
Cuando Lucía levantó la mirada, él había desaparecido, ya no estaba a su costado y mucho menos en el parque, reaccionó, lo buscó, quería detener su camino pero no estaba, era como si hubiese desaparecido, literalmente, del mundo.. de pronto sintió una gota de agua caer sobre ella, levantó la vista y vio a Sebastián, se elevaba, regresaba a su hogar, era un ángel, su ángel guardián. Cerró los ojos y sintió nuevamente su presencia, no se había ido ni se iría, siempre estaría ahí, en ella, dentro de ella y con ella.
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